Las guías de vinos son herramientas útiles, no verdades absolutas. Ofrecen orientación, pero no pueden sustituir el gusto personal.
El vino es emoción, no solo una puntuación. Catarlo, aprender y formarse una opinión propia sigue siendo la forma más auténtica de apreciarlo de verdad.
Vino y cerveza: dos bebidas, dos mundos. El vino, sagrado y refinado, habla a los dioses. La cerveza, sociable y cotidiana, pertenece al pueblo. Ambos cuentan historias de pasión, territorio y compartir. No es un desafío, sino un brindis compartido por la cultura de la bebida, que combina sabor, historia e identidad.